viernes, 29 de septiembre de 2017

"Sobre la corrupción de la historia como instrumento del poder tiránico unitario"





NUEVO Instituto de Revisionismo Histórico Manuel Dorrego del Partido Federal
“La civilización es un aprendizaje de la historia” David Hume
"La historia es básicamente hablando la lucha constante entre el derecho romano y el derecho cristiano... la lucha continuara hasta el final de los tiempos con el triunfo definitivo de la Jerusallem celeste -derecho cristiano-" San Agustín "Ciudad de Dios"
"Quien maneja la historia maneja "el derecho""... "lo que mas importa es quien pone la ley" Guillermo de Ockham franciscano ingles 1230
Escuchar a Romero hablar de la miseria del historicismo K -o relato populista- es como escuchar a Alberdi hablar sobre la miseria del historicismo nacionalista que Romero representa diciendo: “En nombre de la libertad y con pretensiones de servirla, nuestros liberales Mitre, Sarmiento o Cía, han establecido un despotismo turco en la historia, en la política abstracta, en la leyenda, en la biografía de los argentinos. Sobre la Revolución de Mayo, sobre la guerra de la independencia, sobre sus batallas, sobre sus guerras, ellos tienen un alcorán que es de ley aceptar, creer, profesar, so pena de excomunión por el crimen de barbarie y caudillaje” (“Escritos póstumos”).
Estamos en barbarie, signada por 150 años de violencia política, por el derecho impuesto por la Academia Nacional de Historia en complicidad con la Academia Nacional de Ciencias Morales, para torcer el derecho cristiano o individual de la Constitución Federal Argentina de 1853 -según la Revolución de Mayo de 1810-, via Reformas constitucionales "unitarias" -o nacionalista- de 1860, 1958 y 1994 y cuyo hito mas importante fue la sanción de la Constitución Civil de 1869 -de corte romanista- en flagrante oposición a la Constitución Argentina; Alberdi diría al respecto: "En el Código Civil se ha instalado una fuerza destructora mas poderosa que todos los ejércitos del Brasil" fuerza destructora que mantiene opresa a la argentina civilizada hasta hoy.
No puede construirse un futuro venturoso sobre la base de un pasado falsificado y ordenarlo es la misión del nuevo Instituto de Revisionismo Historico Manuel Dorrego del Partido Federal .
La historia oficial, la que siempre nos contaron y nos enseñaron, es la que escribieron los vencedores de las guerras civiles del siglo XIX y su espíritu no pudo sino reproducir la ideología unitaria, oligárquica, porteñista, liberal en lo económico y autoritaria en lo político, antihispánica y anticriolla de aquellos cuyo proyecto de país estaba resumido en el dilema sarmientino entre “civilización”, lo europeísta-porteño, y “barbarie”, lo criollo-provincial. Bien diferente al dilema de Mayo encarnado en Alberdi donde “civilización” es la “seguridad” sobre la vida y hacienda de las personas y “barbarie” la “inseguridad” sobre la vida y hacienda de las personas.
Bartolomé Mitre vencedor en la batalla de Pavón (1861) adhiere a la Escuela Historiográfica Franco Germánica que nace con la corriente Nacionalista de Ernest Renan (1823-1892). Dicha corriente historiográfica se pregunta que hacer para hermanar regiones enfrentadas ancestralmente. La respuesta es clara, debemos “construir” una nueva historia. Una historia inmaculada de hombres probos que generen “confianza patriótica” para poder conformar ejércitos nacionales. Si es preciso mentir y ocultar hechos hay que hacerlo, es necesario construir la nueva nación sobre un pasado glorioso, como basamento para conquistar un futuro venturoso.
De la misma índole había sido el consejo de Salvador María del Carril en 1829 a Lavalle: “Fragüe el acta de un consejo de guerra para disimular el fusilamiento de Dorrego porque si es necesario envolver la impostura con los pasaportes de la verdad, se embrolla; y si es necesario mentir a la posteridad, se miente y se engaña a los vivos y a los muertos". Terminaba urgiéndolo a hacer desparecer la prueba de su villanía: “Cartas como éstas se queman”.
Al asesinato de Dorrego en 1828 la Facultad de Derecho de Buenos Aires abandona la tradición de la Escolastica Salmantina -cristiana- y los unitarios imponen la Escolastica Napoleonica -romanista- "para que unos hombres en nombre del estado puedan atacar a otros hombres -los trabajadores via rigimen de impuestos al trabajo-" J.B.Alberdi
Luego de la tragedia de Navarro los unitarios se lanzaron al exterminio del gauchaje federal.
Dicha matanza se repitió, amplificada, cuando, luego de que Urquiza entregase a Mitre el triunfo en Pavón, los porteños organizaron el ejército nacional que fue lanzado a las provincias para ocuparlas y desalojar a sus gobernantes federales.

Además, bajo el mando de los crueles coroneles uruguayos, Arredondo, Paunero, Flores y Sandes, se castigó ejemplarmente a todo aquel que no se sometiera al proyecto porteñista, iniciándose una salvaje cacería de los caudillos resistentes a tanta prepotencia.
Citemos al locuaz Domingo Faustino: "Los sublevados serán todos ahorcados, oficiales y soldados, en cualquier número que sean" (año 1868). "Es preciso emplear el terror para triunfar. Debe darse muerte a todos los prisioneros y a todos los enemigos”. No es aventurado el cálculo de que en los quince años posteriores a Pavón murieron la mitad de los gauchos de la campaña. La propuesta fue más allá del aniquilamiento físico y apuntó a la extirpación cultural, también psicológica, de los principios de Mayo y de todo aquello que oliera a plebeyo y autóctono, identificado con barbarie, y lo hispánico, homologado a decadencia. Se estableció así una condición esencial de la dependencia argentina de intereses ajenos a los patrióticos en complicidad con su dirigencia política y económica.
El mecanismo automático que funciona a nivel colectivo, en cada argentino, y se activa sin que se tenga conciencia de ello pues está muy arraigada en nuestra cultura, más aún: en nuestro psiquismo, que lo culto, lo civilizado, lo deseable es lo exógeno.

Una manifestación de ello es la autodenigración, exacerbada últimamente en publicaciones y documentales empeñados en ensalzar nuestros fracasos e incompetencias.

Ese diseño es el que se prolonga hasta nuestros días, con las variaciones impuestas por épocas y circunstancias, y a su calor se desarrolló la historiografía que le era funcional, sustentada por ceremonias escolares, marchas patrióticas, libros de texto, cátedras universitarias, academias y el dominio de los mecanismos de prestigio y de financiación.

Revisar la historia consagrada obliga a rescatarse de la inducción de lo aprendido y repensar desde una perspectiva propia que supere el desprecio culterano por lo popular, lo criollo, lo hispánico y lo religioso, elementos fundamentales de lo autóctono, y que no se fundamente en la idealización y mimetización con lo foráneo, empeño que la globalización al servicio del astuto poder planetario ha llevado hasta el saqueo de la intimidad psicológica .
El forjista Jauretche, cuando dichos mecanismos no eran todavía tan alienantes, se refirió a ello: “Fue una labor humilde y difícil, porque tuvimos que destruir hasta en nosotros mismos, y en primer término, el pensamiento en que se nos había formado como al resto del país y desvincularnos de todo medio de publicidad, de información y de acción pues ellos estaban en manos de los instrumentos de dominación, empeñados en ocultar la verdad”.
La tarea no es fácil, por momentos desanimante: “Todo escritor nacional ha experimentado alguna vez la sensación de un muro que lo asfixia y la interrogación concomitante acerca de si la lucha empeñada tiene un sentido que la justifique” (Scalabrini Ortiz).
Porque el principal obstáculo no está afuera sino principalmente en el interior de nosotros mismos, modelados psicológica y culturalmente de acuerdo a los aparatos ideológicos del estado cesareo romanista renacido después de Pavón y exacerbado por la evolución mundial hacia un fundamentalismo capitalista.
Y la historia oficial es uno de los principales, y más prematuros pues opera desde la preescolaridad, de dichos mecanismos. Es por ello que el interés por el revisionismo se galvaniza en etapas en que el dominante sistema social, económico y político es fisurado por las crisis y pierde algo de su consistencia, como sucedió en los 30 y al principio de este siglo.
Deberemos tener en cuenta, por ejemplo, modernos obstáculos para acceder a una sólida construcción identitaria, indispensable para el reconocimiento de un pasado propio y diferenciado, como los descriptos por Bauman al referirse a la “vida líquida” caracterizada por la precariedad y la incertidumbre que obliga a recomenzar siempre: “Entre las artes del vivir moderno líquido y las habilidades para practicarlas, saber librarse de las cosas prima sobre saber adquirirlas”. Las convicciones y los marcos referenciales son entonces tan evanescentes como los objetos que son comprados para ser prontamente considerados desperdicio y ello atenta contra las afirmaciones antitéticas de la globalidad indiferenciante. “Los miembros de la sociedad –explica Bauman– buscan desesperadamente su ‘individualidad’, ser un individuo. Esto es, ser diferente a todos los demás. Sin embargo, si en la sociedad “ser un individuo” es un deber, los miembros de dicha sociedad son cualquier cosa menos individuos, distintos o únicos”.
La Constitución de los EE.UU. decía "Los Estados Unidos somos" y después de la guerra civil paso a decir "Los Estados Unidos es" por arte de magia "los universales cobraron vida" la ficción se hizo realidad.
Ser un “individuo”, entonces, significa ser idéntico a todos los demás. Por ejemplo, aceptar la historia tal como nos la han impuesto por interés, por ignorancia o por miedo a ser distintos. La amenaza es la marginación, no pertenecer a la sociedad individualizada. En el campo historiográfico, no ser tenido en cuenta para sitiales académicos, cátedras, empleos, becas, subsidios, viajes. Por ello es comprensible que jóvenes historiadores elijan conciente o inconcientemente no apartarse de lo establecido para poder profesionalizar su vocación y este mismo fenomeno se repite en el estudio del Derecho y la Economía.
Entre el trauma y la ceguera quedaran los intelectuales atrapados entre un Código Civil que permite que los ricos le roben a los pobres y un código penal que tratara de impedir que los pobres le roben a los ricos; como bien señala el aforismo francés .
Lo que unía y une a los revisionistas es lo que en “Política Nacional y Revisionismo Histórico” expresó Arturo Jauretche: “Véase entonces la importancia política del conocimiento de una historia auténtica; sin ella no es posible el conocimiento del presente y el desconocimiento del presente lleva implícita la imposibilidad de calcular el futuro, porque el hecho cotidiano es un complejo amasado con el barro de lo que fue y el fluido de lo que será, que no por difuso es inaccesible e inaprensible”.
El abogado y economista Armando RIBAS afirma que los abogados argentinos son "ignorantes ilustrados" (ignorantes del Derecho de civilización, de los modernos de la Constitución de 1853 e ilustrados en el derecho antiguo y bárbaro del Código Civil) y "que los economistas argentinos son ignorantes sin ilustrar" (ignorantes del sistema rentístico de recursos del Estado de la Constitución de 1853 ya que el mismo no solo no se lo trata en nuestras facultades, sino, que ni siquiera se lo menciona). Como resultado Nietzsche decía: "la forma más rápida y eficiente de transformar a un joven inteligente en un imbécil -y en un peligro para la humanidad- es enviándolo a la Universidad" .
El mayor logro del historicismo canonico neoclasico, tributario y esclavista, es la aceptación de la victima de sus premisas básicas y no sólo por algunas victimas, sino para la mayoría de ellas. En los periódicos, en la radio, en las escuelas y universidades, en todas partes el error “neoliberal tributario” es predominante, y está seguro y confortablemente escondido en la opinión pública, que está de su lado. Por esta via la noble igualdad y el grito sagrado de libertad serian desterrados.
Para destrabar el círculo del silencio que pesa sobre la Revolución de Mayo debemos comenzar tirando del hilo de la historia.
A 200 años, es en la Revolución de Mayo de 1810. donde se encuentran las soluciones a los problemas económicos, políticos, sociales y culturales de hoy. Sin embargo sigue siendo motivo de ocultamiento para nuestros abogados, economistas, políticos, historiadores y periodistas profesionales.
En 1880 Alberdi en su discurso “La omnipotencia del estado es la negación de los derechos individuales” decía: “La raíz mas profunda de nuestras tiranías modernas radica en la concepción greco-romana de patria y patriotismo que nuestras universidades copiaron de la Francia”
Alberdi advertía que a la fuerza centrifuga generada por nuestra Revolución de Mayo, que buscaba la individualidad de cada argentino, garantizada en la Declaración de Derechos individuales de la Constitución de 1853; se oponía una fuerza “colectivista” centrípeta que venia del antiguo régimen tribal y patriótico greco-romano.
A esa fuerza colectivista centrípeta se le sumaba la del naciente nacionalismo que unida al modelo canónico neo-clásico terminaría definitivamente con los postulados de la Revolución de Mayo y su Constitución de 1853.
El modelo “canónico neoclásico” del nacionalismo tendría tres patas:
1) Cambiar el ordenamiento jurídico moderno liberal, democrático, federal, igualitario, republicano y de civilización de la Revolución de Mayo según su Constitución de 1853, por el antiguo Derecho canónico mediante la sanción del Código Civil, como claramente advirtió Alberdi en 1896 en su critica al Código Civil que reestablecería el antiguo regimen y una sociedad jerárquica, clasista, esclavista, unitaria, injusta, antidemocrática y bárbara.
2) Modificar el ordenamiento económico moderno, terminando con el Sistema Económico y Rentístico de recursos del Estado según su Constitución de 1853 para ser reemplazado por el perverso Regimen de impuestos al trabajo y a al consumo romanista de recursos del Estado; hoy conocido como Neoliberalismo.
3) Para concluir la faena jurídica y económica la tercera y más importante herramienta fue la manipulación de la historia.

En tiempos del reinado de la post verdad siempre es bueno recordar que "Solo la verdad nos hará libres".

Por Guillermo Andreau* (parcialmente robado a Pacho Odonell)

*Director del Instituto de Revisionismo Histórico Manuel Dorrego del Partido Federal
Manuel Dorrego fue el fundador en 1820 del Partido Federal.

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