martes, 12 de julio de 2016

EL GOBIERNO ESTA OLVIDANDO NUESTRO PROBLEMA CENTRAL: EL DESTINO DE LA RENTA DEL SUELO Y EL VIGENTE RÉGIMEN DE IMPUESTOS


La democracia sirve para el intercambio de opiniones entre la gente. Para que todos ayuden a visualizar las "políticas públicas" de los gobiernos para facilitar la soluciones a los “problemas sociales” que a todos afligen. Este sería uno de los beneficios de la democracia. Pero esta vía para solucionar problemas supone contar con un buen “planteo” del problema. De la misma manera en que la maestra de la escuela primaria nos decía “no se apresuren en buscar la solución, lomas importantes es el planteo del problema”. Si el planteo es errado, todas las soluciones que se propongan serán erradas. Esto vale para el asunto que estamos discutiendo. ¿Cómo es posible que disponiendo la Argentina de tan vasto territorio y destacándose los argentinos en ser tan listos, mas de 1/3 de la población viva en precarias condiciones de vivienda y más de 10 millones en situación de “pobreza”? Casi un 10% de sus habitantes vive como gente primitiva en “chozas” denominadas “villas de emergencia” y comenzó a ”vivir en los caños” ya en los 1930 y en “barrios de lata” en los 1910. ¿O somos menos “vivos” de lo que suponemos? No. Se trata de otra cosa. Hay un  “factor externo” a nuestra voluntad” que traba nuestro progreso.

La base de este sistema  es el Código Civil que establece un sistema  para acceder a la propiedad de la tierra extraída del Antiguo Derecho Romano. Según este sistema la tierra se puede vender y comprar como una si fuera una ”mercadería” y no un don de Dios.  No es malo en sí mismo. Permite que cada uno consiga la tierra que necesite según su proyecto de vida.  Lo perjudicial es un defecto que de él deriva. Efecto  que puede y  debe ser corregido por otras leyes. Este defecto , es que el dueño de un lote de terreno se hace dueño del creciente valor que la tierra cobra por el poblamiento y desarrollo social.. Por causa de la creciente demanda su lote de tierra aumenta de valor, o sea su precio de mercado. Si no se toma debida providencia,  el dueño del lote de tierra  se “enriquece” con ese valor sin hacer nada de su parte. El sistema del Código es bueno, pero produce este efecto secundario. A este defecto hay que corregir.

Carente  de fondos para el gasto en 1932 se dictó una  ley  aplicando impuestos a los que vivían de su trabajo. Se la  llamo “ley de impuesto a los réditos”. Sobre esta pésima  base ha crecido la venenosa planta que es el actual sistema impositivo. Una telaraña legal que se ha desarrollado como una voraz boa que ahoga a la sociedad entera y fomenta la corrupción moral. Este mortal sistema es el principal causante de la decadencia argentina. A fecha  una asfixiante red esta formada  por más de 90 impuestos. Su hija putativa es la inflación crónica, cuyo  peor efecto es privar a  la Argentina  de sistema monetario. Desde el más humilde  hasta los más encumbrados no confían  “ahorrar”   en moneda nacional.  Los que pueden hacerlo lo hacen en moneda extranjera. ¡Al tacho con la cacareada soberanía económica nacional!

Los resultados  del Código Civil con más el actual sistema de impuestos están a la vista. Son la pobreza crónica y sus más deletéreos efectos: el  hacinamiento urbano, la falta de “puestos de trabajo”,  “bolsones de miseria”, sentimientos de frustración y de odio. La base de la vida,  la tierra, es tratada como mercancía,  la renta social como el "mejor de los negocios" y el trabajo castigado con impuestos. 

Al  Centenario de la Independencia solo se lo celebrara en serio si el gobierno procede reformar el actual sistema de recursos del estado. Pero es necesario que los simples ciudadanos nos instruyamos  sobre lo expuesto para revelar las causas de nuestros desorden y pobreza y poder erradicarla mediante la democracia.. “Solo la verdad nos hará libres” (San Juan 8: 32).  

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